Alberto Cortez dejó una vida artística plena de éxitos de más de 50 año

😔 Nuestro Amigo Alberto Cortéz se fue

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Cuando un amigo se va, como ahora Alberto Cortez, queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo, porque fueron 79 años de poesía y música, que nos hacen recordar a nuestro padre, con Mi Árbol y Yo, y hasta nuestras mascotas y las de todos, con Callejero.

Aunque fue de premio Grammy a la Excelencia artística en 2007, el argentino quiso siempre trascender con frases sabias, que quedaron como un tizón encendido que no se pueden apagar ni con las aguas de un río.

Sobresaliente entre los compositores de finales de los años 60 y 70, y opuesto a su jubilación, después de 50 años de entregarnos poesía y música, el pampero al final es una estrella que se ha perdido, pero en él se detienen los caminos.

En la última etapa de su vida tomó a broma las veces “que me han matado”, y sin embargo reprochaba a la industria discográfica que se desentendiera de «los viejos carrozas».

Su primera canción la compuso a los 12 años, «Un cigarrillo, la lluvia y tú», en plena adolescencia, con sus fuegos internos, y a los 20 años tomó un barco para Europa, donde grabó su primer disco.

«Cuando un amigo se va», una de sus máximas, surgió a la muerte de su padre y ahora es una pieza que no falta en los funerales.

En España cantó, como Serrat, poesía de Antonio Machado, Miguel Hernández y Federico García Lorca, y en un cumpleaños, el 11 de septiembre de 1967, inició su leyenda en una velada sin micrófonos en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.