Actividad en el Popocatépletl va en aumento, informa la UNAM

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Este domingo, el volcán Popocatépetl arrojó ceniza, lo que afectó a alcaldías del sur de la Ciudad de México.

De acuerdo con un comunicado de la Universidad Nacional, «Don Goyo» ha permanecido en actividad desde diciembre de 1994, y el temblor del 19 de septiembre del año pasado, cuyo epicentro se registró en una zona relativamente cercana lo afectó.

Ana Lillian Martín del Pozzo, especialista del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM señaló que “su dinamismo se ha registrado desde hace un mes, mostró un punto alto el pasado jueves 20 de septiembre, y ayer (sábado) se vio otra columna de emisión importante”, detalló.

Precisó que en 2015 el Popocatépetl tuvo un promedio de 16.5 sismos vulcano-tectónicos mensuales; en 2016 ese número aumentó a 35; en 2017, antes de septiembre, el promedio era de 39, “pero ya estaba en incremento”.

Ramón Espinasa Pereña, subdirector de Riesgos Volcánicos de la Dirección de Investigación del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), informó que el volcán Popocatépetl presenta mucha actividad, y va en aumento; muestra de ello es el incremento de exhalaciones y sismos vulcano-tectónicos, éstos últimos de un orden de magnitud mayor a lo visto en los últimos 24 años.

Ese dato indica que está subiendo una cantidad importante de magma y “dentro de meses, un año o pasado mañana”, podría presentar una actividad aún más importante de la que ha tenido, dijo.

Al hablar de los Efectos de los sismos de septiembre en el Popocatépetl, Espinasa Pereña expuso que la situación actual del Popo iba a ocurrir, aun sin temblores. “Si el sistema ya se estaba desequilibrando, y además llega un movimiento telúrico, probablemente se acelerará el proceso.

El experto explicó que en 2015 “Don Goyo” tuvo un promedio de 16.5 sismos vulcano-tectónicos mensuales; en 2016 ese número aumentó a 35; en 2017, antes de septiembre, el promedio era de 39, “pero ya estaba en incremento”. A partir de ese mes y hasta diciembre del año pasado, subió a 110, y en enero de 2018 “se rompió el récord con 221, y aunque desde febrero ha disminuido, seguimos por encima de los niveles base, con 87”.

Al día siguiente del sismo del 19 de septiembre, el Popocatépetl tuvo el máximo de exhalaciones que se han tenido en un solo día, con 286, aunque ese número comenzó a incrementarse mucho antes.

Precisó que la buena noticia es que es factible predecir una erupción mayor a partir de datos de monitoreo con una red que funciona bien gracias a un proyecto con el Instituto de Geofísica, de reinstalación de estaciones y colocación de sismógrafos de pozo, en lugar de sismógrafos de superficie. Actualmente operan seis estaciones en el cono del volcán y en las próximas semanas se colocarán otras cuatro, más abajo.

Finalmente, Martín del Pozzo recomendó “respetar el Semáforo de Alerta Volcánica del Popocatépetl en amarillo fase 2, y estar atentos. La población debe saber que puede aumentar la actividad y que debemos actuar de acuerdo con las medidas dictadas por organismos especializados como el Centro Nacional de Prevención de Desastres.

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