Alertan por intimidad perdida en redes sociales

Bienestar

 Adolescentes comparten fácilmente su mundo privado a través de fotos, audios y videos en plataformas digitales

La intimidad es una experiencia emocional de contacto con uno mismo, pero también con el mundo de otro. “También se refiere a un estado mental del ser humano cuando está en soledad o bien en la compañía de un otro”, precisa Dolores Montilla Bravo, psicoanalista de adolescentes y adultos, e integrante de la Asociación Psicoanalítica Mexicana.

Además, durante la adolescencia y en la edad adulta, el cuerpo desempeña un papel esencial en la búsqueda de la intimidad sexual entre los amantes y entre las parejas, en la búsqueda del placer, del afecto y en muchas ocasiones de la procreación.

¿En redes sociales hay intimidad?

La intimidad a veces se relaciona con el anonimato. No obstante, cuando algo íntimo se exhibe públicamente, como se hace a través de las redes deja de ser íntimo y privado.   Así, “los adolescentes tienen la necesidad de pertenecer y de sentirse aprobados por su grupo de pares, por lo que fácilmente comparten su mundo privado a través de fotos, pensamientos, videos personales, etc”, inca la entrevistada y afirma que: también lo hacen para relacionarse con jóvenes del otro sexo o del mismo con el fin de encontrar una pareja, sea virtual o real.

Sin embargo, en algunas ocasiones sólo quieren coquetear, impresionar, divertirse o jugar con diferentes identidades. En este sentido, “la parte positiva puede ser cambiar información, estar al tanto de los otros, comunicarse reencontrarse, intercambiar música o ideas”, precisa Montilla Bravo.

En contraste, la parte negativa puede ser el exponer la intimidad del cuerpo, videos privados sin aprobación, demasiada información de uno mismo que puede poner en riesgo a las personas para ser atacadas, secuestradas, extorsionadas o caer en cyber bullying o sexting (difusión de contenidos de tipo sexual, videos  y fotos), que genera una persona voluntariamente.

Sin tiempo para la reflexión

La psicoanalista lamenta que en las redes sociales la inmediatez de las comunicaciones por la red no permite tener un tiempo de reflexión, “es tan rápido que ya no cabe la espera, no se puede pensar lo que se está haciendo o bien, las consecuencias que pueden haber”.

Incluso, la sexualización precoz es otra consecuencia, que afecta principalmente a las niñas, dejándolas en una situación de mayor vulnerabilidad, como el grooming ( ganarse la confianza de un menor a través de la red) para aprovecharse sexualmente  del mismo.

Prevención mucho más que acción

La entrevistada Montilla Bravo precisa que para prevenirlo, primero se requiere que tanto en la casa como en la escuela se hable de estos temas, de la diferencia entre privado, íntimo y público, así como de los riesgos que existen.

“Hay que hablar en un ambiente de confianza que permita intercambiar ideas. Además, es muy importante, que el menor de edad tenga la confianza de acudir con un adulto conocido cuando sientan que está en problemas para no empeorarlo más”, recomienda.

También es deseable ubicar el dispositivo electrónico (celular, ipad o PC) en algún lugar común de la casa para que los adultos puedan ver fácilmente qué es lo que ven y /o hacen.

Finalmente, es necesario que los padres y escuela pueden utilizar los «candados» cibernéticos para impedir que puedan tener acceso a determinadas páginas de Internet o navegar indiscriminadamente y así no obtener información inadecuada para su edad.  Y es que “los chavos no tienen tanta conciencia del bien y del mal, los adultos pueden ayudar a orientarlos en ello”, concluye.

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