La cuarentena humana fomenta la libertad de miles de especies, animales silvestres toman la tierra

Medio Ambiente Portada

Por Guadalupe Camacho

Hoy en los mares, montañas, bosques e incluso grandes ciudades se han observado fauna «salvaje»

Los seres humanos están aislados en sus hogares, encerrados dicen algunos, desde hace más de dos meses por el nuevo coronavirus (la ciencia médica mundial ha descubierto más de cinco tipos distintos de este tipo de virus y a este se le llama COVID 19), que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) se contagia fácilmente de persona a persona, por medio de la saliva que al caer en la boca, en los ojos o ser respirada, se introduce a tu cuerpo y genera colapso pulmonar.

Humanos resguardados

De acuerdo al Coronavirus Scanner, hasta el 15 de mayo se han registrado 305 mil 620 decesos en el mundo por el nuevo coronavirus, y un millón 735 mil 756 recuperados. Sin embargo, el Informe Demográfico de las Naciones Unidas indica que en 2019 vivían en el mundo 7 mil 700 millones de personas. Por eso, la contingencia por la pandemia se prolongará aún más, hasta que se tengan un control en la enfermedad respiratoria por medio de la inmunidad natural, una vacuna o bien la cura.

Ante este panorama, son millones de personas las que se encuentran aisladas en su casa y, ante ello, los animales «salvajes» comienzan a salir para ocupar territorios que antes les estaban negados.

 

Las maravillas del mar frente a tus ojos

Por ejemplo, desde finales de abril y principios de marzo se pueden observar delfines, orcas, ballenas e incluso cardúmenes cerca de las costas y en puertos, o zonas donde usualmente no nadaban. Tal es el caso de Cancún, Acapulco, Colima e Veracruz, pero también en lugares tan lejanos como Italia, Chile, Filipinas y Brasil.

Por ejemplo, en el puerto mexicano de Acapulco, se pudo observar en su bahía principal una ballena, mamífero que no se observaba desde hace más de 4 décadas. Del mismo modo pasó  en Palawam, una de las playas más concurridas de Filipinas, allí un grupo muy numeroso de medusas se hizo presente por varios minutos.

Los jardines de residencias son santuarios de animales

Lo mismo ocurre con animales de tierra, como venados, zorros, jabalíes, monos, cabras, osos e incluso uno que otro felino de gran tamaño, que se han acercado a las ciudades y exploran jardines, parques, carreteras y albercas privadas

La reducción de la actividad humana (menor número de automóviles y de transporte público, de ruido industrial, de aviones y tractores) han favorecido que los animales no tengan miedo y se acerquen a las zonas usualmente llenas de humanos. De día y de noche se han observado grupos de animales y uno que otro oso y puma que se mueven en solitario.

 

Las aves urbanas suenan con mayor intensidad

En zonas rulares es común escuchar el canto de las aves, pero en las grandes ciudades se ahogan entre tanto ruido. Sin embargo, cada vez más humanos citadinos se asombran al escuchar claramente el canto de las aves «urbanas».

Por ejemplo, Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, explica que en la Ciudad de México, se ha registrado gran cantidad de especies 386 en total, algunas  son residentes permanentes, mientras que otras son migratorias, incluso unas son nativas pero otras más han llegado de lejanos territorios y se han adaptado muy bien a la altura de la ciudad.

 

¿Qué pasará en el futuro?

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat)  hace un llamado a la sociedad para respetar y proteger a los animales de vida silvestre, así como conservar su hábitat, ya que la crisis sanitaria que vive la humanidad por COVID-19 surgió de la destrucción de los ecosistemas y de la inadecuada manera de relacionarnos con el medio ambiente.

Al respecto, Karla Barclay, experta en política pública en materia de biodiversidad, explica que los humanos no deberían tener una relación alimenticia con animales silvestres, puesto que  la mayoría de los humanos no vivimos en una sociedad silvestre, sino que tenemos recursos domesticados o industrializados para acceder a los alimentos.

Por ejemplo, «si comes salmón silvestre afectarás la disponibilidad del recurso tarde o temprano y habrá un impacto en el equilibrio de la zona silvestre, pero también afectarás la vida humana. Por eso, si gustas comer del salmón, se han diseñado granjas para la domesticación e industrialización del salmón (que tampoco es lo ideal, pero al menos proteges el alimento natural de los osos)», explica la entrevistada, actual coordinadora de Desarrollo rural, biodiversidad y género en la Agencia Francesa de Desarrollo.

Lamentablemente, la sociedad moderna hace uso indiscriminado de diversos recursos naturales incluso de los silvestres.

Por ello, en caso de observar un animal silvestre debes:

 

1. Evitar molestarlo, agredirlo ni asustarlo, puesto que no sabes cómo reaccionará y puede simplemente irse, pero también atacarte.

2. Buscar una zona segura y resguardarte, evitar moverte en caso de que estes frente a frente con el animal. En cuanto te sea posible escapa y ponte a salvo.

3. Solicitar ayuda al área de protección animal de tu estado, a fin de reportar el animal que ves en caso de que no se vaya o esté destruyendo la zona.

4. Evitar tocarlo, querer capturarlo o tomarle fotografias o video, puesto que corres el riesgo de lesiones.

5. Recordar que todas las especies silvestres son benéficas para el humano, así que no los mates, especialemente si son murciélagos y lechuzas.

6. Mantener a una sana distancia y evitar que los niños, adultos mayores, embarazadas y personas con capacidades diferentes estén expuestos a los animales salvajes.

 

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