Los 102 años de Olimpia un ejemplo de vida y alegría

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Doña Olimpia Andrade festejo sus 102 años rodeada de familiares y amigos

Valentina es su hermana menor, a quien quiere mucho y diario habla con ella

Olimpia Andrade Espinoza llegó a sus 102 años entre sonrisas, música en un día que vivió rodeada de seres queridos, a los que ella misma invitó y que disfrutaron de un delicioso pozole jalisciense hecho por Lupe, su cuñada, que aunque es blanco, la selección de granos morados le da un sabor único, a gloria.

Apenas habían pasado los aires fríos de la mañana en el municipio de Ayutla en Jalisco cuando llegó el pastel y desplegaron las mesas y sillas para recibir a los invitados, a los que la cumpleañera llamó por teléfono para que estuvieran en su fiesta, a la que llega luego de vivir la Revolución Mexicana, La Guerra Cristera y estos efímeros tiempos.

La tercera de ocho hermanos, de los que sobrevive una, dice sentirse bien “Bendito sea Dios”, porque ya si quiera no estoy grave. Enferma si, pero no de gravedad, más o menos. A mis años si me acuerdo de todo, puedo hablar, platico, como si estuviera muy joven”.

Doña Oli siempre ha sido una mujer llena de vida, entusiasta, positiva, le gusta el mariachi,  cantar, platicar, rezar todos los días el rosario ante la virgen de Guadalupe, es devota de la virgen de Talpa, le  fascina narrar hermosas historias de su juventud, que aunque fue difícil, paso momentos inolvidables  junto a sus padres y hermanos, a quienes ama profundamente.

Recuerdo todo y me gusta platicar

“Te das cuenta que todo platico, me preguntas y te contesto todo bien”, reitera mientras recuerda a sus hermanos de quienes tiene gratos recuerdos. El primero nació en 1910, Luis Andrade Espinoza, luego Martina, y yo, y siguieron Manuel, Leoncio, Juan, Reynaldo y Valentina,  quien es su la única hermana que vive, pues todos los demás ya fallecieron, por ello todos los días reza el rosario y pide por ellos.

Doña Oli y su hermana Valentina todos los días hablan por teléfono, pues la distancia no impide que ellas estén al pendiente una de otra, pues Valenta como ella le dice, vive en Chicago,  Estados Unidos,  desde hace más de 60 años, está casada con Adam Espinosa y tiene siete hijos.

Olimpia Andrade Espinoza, cumplió 102 años
Olimpia Andrade Espinoza, cumplió 102 años

“Valentina, es la única hermana que me queda, la quiero mucho, es muy buena conmigo, todos los días me habla y platicamos, viene a Ayutla, cada año y me da un gusto enorme verla, soy muy feliz la semana que está conmigo”, señala Olimpia Andrade.

Recuerda con mucho cariño a su papá Domingo Andrade Castellón y su mamá Diomides Espinoza Dueñas, quienes  tuvieron un mesón, en donde daban comida a cualquiera que pasara, el que se acabó porque siguieron las revoluciones.

“Cuando era niña eran puras revoluciones, eran villistas, carrancistas, pura revolución, no había un maestro que fuera al rancho porque era peligroso. Toda la gente contemporánea mía nos quedamos de burros”, señala.

Adam y Valentina Espinoza
Adam y Valentina Espinoza

Aún así sabe leer y escribir, pero recuerda algunos presidentes municipales de su pueblo, Ayutla, Jalisco, que no sabían leer ni escribir, pero en esos años no se obligaba mucho. No como ahora que si tienes escuela te dan trabajo. Antes no. Era muy distinto, pero una vida distinta, pero bonita.

Recuerda que de niña su papá tenía ordeña, como 60 vacas, “te puedes imaginar como tenía comida, aparte puercos que mataba cada ocho días, para fiarles a los del rancho, mucha gente, pero bendito sea Dios que nosotros nos criamos y teníamos mucho que comer.

“Le agradezco a Dios por la vida y juventud y ahora por la vejez, a los 102 años, me tienen todavía, no se por qué pero aquí estoy», dice al

Norma, José Luis Andrade y Valentina Espinoza
Norma, José Luis Andrade y Valentina Espinoza

recordar que albergó a más de un centenar de muchachos que estudiaron en universidades de Guadalajara.

“Soy feliz, que más hago, darle gracias a Dios y vivir a gusto, la he pasado bien porque tengo a mi familia muy cerca conmigo”.

Soy afortunada por tener a mi hermana Valentina, muchos sobrinos, mi cuñada Lupe, quien es como mi hermana siempre está al pendiente de mí, y yo se lo agradezco mucho, es muy buena mujer por eso sus 11 hijos la procuran mucho.

Advirtió a los jóvenes de ahora porque hay muchas drogas y borracheras, antes no había, “pero el tiempo está cambiando”.

 

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