Para comerciantes en pequeño y empresas familiares es un destello de luz la reapertura de actividades mercantiles en 17 estados de la República, aunque les faltan mercancías y enfrentan deudas.
Reabrir es un gran paso para salir de la crisis, aunque consideraron que el regreso a las actividades se caracteriza por un alto porcentaje de Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) en desabasto, carecen de mercancías en sus exhibidores y anaqueles, cargan con adeudos de renta, nómina, pago de servicios y proveedores, entre otros.
Llegaron al límite de sus ahorros o saturaron tarjetas de crédito y requieren de más de 50 mil pesos para financiarse. Las alternativas son préstamos de familiares o acudir con agiotistas, quienes cobran intereses de más de 10 por ciento mensual, señala Gerardo Cleto López Becerra, representante de la asociación Con Comercio Pequeño y expresidente de la Canacope Ciudad de México.
Indicó que en su agrupación consideran necesario un fondo económico nacional de apoyo con recursos superiores a los destinados actualmente en los programas gubernamentales, el cual debería tener mayores plazos de gracia para devolver los recursos del gobierno.
“En un plan de atención a la emergencia económica, los gobiernos, en sus tres órdenes, deberían atender con mayor cuidado sus pagos a proveedores, agilizando los trámites de los pagos, desatorando los que se encuentran pendientes, e incluso adelantando aquellos que están programados.
En cuanto a la ayuda gubernamental, reconoció que algunos gobiernos estatales y municipales apoyaron las PYMES, pero solo cubrieron menos de 10 por ciento, en tanto que el gobierno de la República, a través del programa Prestamos a la Palabra o Tandas para el Desarrollo concedió créditos por 25 mil pesos para los tres meses de inactividad.
Sin embargo, el pequeño comercio formal, así como las empresas familiares, requieren un financiamiento mayor, ya que con los 25 mil pesos no es posible financiar los adeudos generados de marzo a junio.
Prevén los empresarios una perspectiva de lenta recuperación por la amenaza de nuevas interrupciones comerciales, de acelerarse los contagios, por lo que requieren mecanismos consensuados entre el gobierno y el sector empresarial, para disminuir los impactos económicos y poder cumplir con los compromisos pactados.
Gerardo Cleto López señaló que los funcionarios e inspectores se han mostrado conscientes de la nueva realidad y actúan con prudencia, y el pequeño comercio y las empresas familiares, se esmeran en cumplir con los protocolos establecidos por las autoridades para que su actividad productiva no se vea interrumpida.
“Nuestra asociación ConComercioPequeño, constituida recientemente, busca colaborar en las campañas de difusión, orientación y apoyo para amortiguar los impactos negativos de la crisis económica, con el fin de evitar mayores daños que generen el cierre de negocios y empresas familiares.
