Pequeño comercio sobrevive por propio esfuerzo

Sobrevive comercio sin plan de ayuda gubernamental

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El 60 por ciento del pequeño comercio que sobrevivió a la crisis por la pandemia sanitaria, está en economía de sobrevivencia, ya que las ventas del día las dirige al pago de renta, proveedores, luz, agua y transporte, salarios y cuotas de IMSS, dio a conocer el Consejo para el Desarrollo del Comercio en Pequeño (ConComercioPequeño AC) .

El representante del organismo, Gerardo Cleto López, agregó que a un año del impacto de la pandemia, persiste la ausencia de un plan gubernamental de reactivación económica. claro y con visión de corto y largo plazo sobre las alternativas que puedan establecerse, por lo que no se avizora una pronta salida de la crisis.

Dio a conocer que la carencia de este plan provoca descontrol e incertidumbre entre los dueños y trabajadores del pequeño comercio, quienes aún no se han recuperado del año de la crisis y están temerosos de los impactos que puede tener la llegada de la “tercera ola” de contagios. Los dueños del comercio en pequeño han tenido que aplicar el viejo dicho de “rásquense con sus uñas” cada quien, para sortear las dificultades.

El dirigente de los empresarios expuso que necesitan financiamiento por arriba de los 250 mil pesos por negocio, lo cual es 10 veces mayor al crédito federal que los funcionarios gubernamentales siguen han ofrecido.

Reveló que en este año, poco más de un millón de pequeños comercios y empresas familiares tuvo que cerrar y el riesgo de que durante el primer semestre de este año se sumen otros 300 mil negocios al cierre de actividades es latente. La informalidad y el ambulantaje ha crecido en forma desproporcionada, derivado de búsqueda de alternativas de ingreso que tienen aquellos que se vieron en la necesidad de cerrar sus negocios.

Observó que todavía, este año 2021, ofrece al la posibilidad a los sectores del pequeño comercio, que han sido duramente golpeados por la crisis, de iniciar la ansiada recuperación económica de sus establecimientos.

Sin embargo, la ausencia de un plan eficaz de apoyo que atienda las diversas necesidades que tienen los sectores, evita que se restablezca las cadenas de producción y consumo de bienes y servicios. La falta de confianza en que los contagios del COVID-19 se lograron contener y reducir con un programa de vacunación efectivo, provocará que la recuperación de la economía popular tarde por lo menos dos o tres años.

Expuso que aunque la estrategia de confinamiento, control de movilidad y reducción de horarios tuvo resultados aceptables para evitar contagios hace un año, ahora se encuentra desgastada entre la población y con efectos negativos en materia económica, lo cual repercute en la liquides de los comercios y tendrá consecuencias en el pago de impuestos.

Destacó es esfuerzo de los comerciantes formales en pequeño, por las muestras claras de gran responsabilidad y solidaridad al acatar, promover y mantener las disposiciones de salud para evitar los contagios: uso de cubrebocas, protocolos de sanitización y cuidado del distanciamiento que debe aplicar para trabajadores y clientes. Miles de negocios –desde las tiendas de abarrotes o tortillerías-, aislaron sus áreas de atención al público y han modificado sus formas de operación para evitar contagios.

Además, resaltó que a pesar de los efectos demoledores del cierre de la economía decretada hace un año, ha sido patente el espíritu de fortaleza que tienen los comerciantes en pequeño por sobrellevar caída de ventas, incremento del endeudamiento y riesgos en su salud por los contagios. «Han luchado por la permanencia de sus negocios por su propia necesidad, pero también para generar ingresos para todos los trabajadores directos e indirectos».

«En muchos casos se ha detonado la creatividad, el ingenio y la búsqueda de nuevos nichos de mercado, con novedosas formas de comercialización así como la disponibilidad de los productos que necesitan las comunidades», expresó

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