Te contamos el origen de La Catrina, el símbolo más representativo de México y de Día de Muertos

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Por  Isabel Ruiz de Velasco

Una de las imágenes  más populares para estas fechas es la de la La Catrina, icono de la cultura mexicana y creación del caricaturista José Guadalupe Posadas

Hoy te voy a platicar sobre un personaje icónico de nuestra cultura: La Catrina. Todo comenzó con José Guadalupe Posada, un gran artista que trabajaba como grabador para el periódico El Hijo del Ahuizote, un medio conocido por sus fuertes críticas sociales. Fue allí donde él tuvo la oportunidad de conocer a las mujeres conocidas como Las Garbanceras. Estas mujeres se aplicaban polvo de garbanzo en el rostro para parecer más blancas y se vestían como españolas del siglo XIX, con sombreros adornados con flores, plumas y lujosos vestidos de encaje.

La Catrina, creación de Guadalupe Posada,  tiene más de un siglo de historia y en sus inicios surgió como una burla a los indígenas que se habían enriquecido y menospreciaban sus orígenes y costumbres.

Originalmente se llamaba “La Calavera garbancera”, palabra proveniente de los vendedores de que siendo pobres aparentaban ser ricos y querían ocultar sus raíces indígenas. Este grupo de comerciantes pretendía tener el estilo de vida de los europeos.

Un día mientras Posada fumaba tranquilamente en la calle, una de estas mujeres lo miró con desdén,  con una expresión de desagrado. Molesto por este desprecio, decidió crear su famosa imagen de La Calavera Garbancera. Con esa inspiración, Posada se sentó a trabajar,  trazó detalladamente la imagen de la figura esquelética con su sombrero y plumas. Fue ese el nacimiento de lo que más tarde se conocería como La Catrina.

El término Catrina proviene de la palabra que designaba a alguien elegantemente vestido o engalanado. En esa época era común que cuando alguien se vestía de manera muy sofisticada, se le llamara catrín o catrina. Pero lo más relevante de la imagen era su crítica social, pues representaba a una sociedad que renegaba de sus raíces indígenas, aspirando a parecerse a los europeos, principalmente a los franceses y españoles. Como afirmaba Posada: «En los huesos, pero con sombrero francés y plumas de avestruz».

Más tarde, en 1948,  fue Diego Rivera quien le dio el nombre definitivo de La Catrina, colocándola en el centro de su famoso mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. En esta obra, creada como encargo para el Hotel del Prado, Rivera le dio cuerpo y color a la esbelta figura, rodeándola de personajes históricos y cotidianos, incluyendo al propio Posada y a Frida Kahlo.  La Catrina quedó inmortalizada en esta obra y obtuvo la fama que hoy conocemos.

La Catrina ha evolucionado hasta convertirse en mucho más que una imagen. Hoy en día la encontramos en distintas formas: de dulce, de azúcar, de papel, de varas, de plástico y mucho más. Se ha convertido en un símbolo dentro de nuestra cultura, y también en una verdadera industria. Es común ver camisetas, joyería y todo tipo de objetos con su imagen, y hasta se organizan fiestas de Catrinas, donde las mujeres se visten con trajes elegantes y elaborados que a veces pueden llegar a ser muy costosos.

Este boom de La Catrina ha llegado al mundo de la moda y del cine. Incluso ha aparecido en películas de Hollywood, como en la famosa escena de James Bond o en la cinta animada Coco de Disney. Su figura se ha convertido en un símbolo del Día de Muertos, junto a la tradicional calavera, y está presente en las redes sociales, donde personas de todo el mundo se maquillan y se visten como La Catrina para celebrar nuestra cultura. En octubre, en lugares como los Pueblos Mágicos y en las grandes ciudades, se organizan desfiles y festivales donde La Catrina es la gran protagonista.

Más allá de su aspecto elegante y su popularidad, La Catrina nos recuerda algo muy importante. En México no solo nos reímos de la muerte, sino que la celebramos. La Catrina es un reflejo de nuestra cultura, donde el humor, la crítica social y la celebración de la vida y la muerte se unen en un solo símbolo.

En la actualidad, La Catrina también nos invita a reflexionar sobre la superficialidad y las apariencias, recordándonos la importancia de ser auténticos y no dejarnos llevar por lo exterior. Más allá de su elegancia, La Catrina simboliza una celebración de la identidad mexicana y del Día de Muertos, donde honramos a nuestros seres queridos que ya no están con nosotros, manteniéndolos vivos en nuestra memoria y tradición.

 

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