En el marco del Día del Maestro, en el Centro Jurídico Universitario, rindieron homenaje póstumo a la Doctora en Derecho,Maricruz Jiménez Trejo, quien durante más de 12 años fue docente de esta institución, por ello develaron una placa con su nombre en un salón, para que todos la recuerden, por ser muy humana, alegre, solidaria, atenta, que siempre alentó a los estudiantes con el fin de que avanzaran, dieran lo mejor de sí como personas y profesionales.
Fue un homenaje lleno de emotividad, cariño y gratitud para la Doctora Maricruz Jiménez Trejo, quien se destacó por ser una abogada muy preparada, que transmitió conocimientos a los alumnos de derecho en criminología, derecho Romano, derecho Agrario, entre otros.
Cabe destacar que la Doctora Maricruz Jiménez Trejo falleció el pasado 18 de abril por ello, en el marco del Día del Maestro, se llevó a cabo este homenaje lleno de cariño y gratitud, por su vocación, entrega y calidez que dejaron una huella imborrable en los alumnos y compañeros de trabajo.
Las alumnas Andrea Teniente y Estrella Soto, a nombre de la comunidad estudiantil de la carrera de Derecho, leyeron una emotiva carta en el marco del Homenaje Póstumo a la Doctora, al cual asistieron los hijos de Maricruz Jiménez Trejo, Marco y Raquel, su hermana Rocío, su hermano Manuel, su sobrino Toño y amigas que la quisieron mucho.
Estrella Soto leyó parte de la carta : «Hoy, con el corazón apesadumbrado pero lleno de gratitud, despedimos a una mujer cuya pasión, sabiduría y dedicación dejaron una huella imborrable en nuestras vidas.»
«Usted no solo fue una profesora excepcional, sino también una guía, una inspiración y, para muchos, un faro de luz en nuestro camino académico y personal. Y aunque su silla esté vacía, su voz seguirá resonando en nuestras aulas. Porque hay personas que, aunque ya no están, se quedan para siempre. La Doctora Maricruz es una de ellas», señaló.
Y agregó «su risa alegre, sus consejos sabios, su mirada que veía, mas allá de nuestras notas… siguen vivos. Vivos en el estudiante que encuentra calma entre la presión de los exámenes, en el joven que elige pensar antes que memorizar, en la futura abogada que canta «Será perché ti amo mientras estudia con una sonrisa».
«Ella no sólo nos dio una clase, nos dio confianza. Nos tomó de la mano en el comienzo incierto de esta carrera y nos dijo con su dulzura firme: «Si puedes. Claro que puedes», indicó
Destacó Estrella Soto «nos enseñó Derecho Romano, sí, pero nos dejó mucho más: nos enseñó a ser mejores, a ser humanos. Porque cuando alguien enseña con el alma, deja huellas en cada corazón que tocó. Hoy caminamos por la vida con el eco de su sabiduría, con la esperanza que nos sembró, con el amor que nos ofreció incluso en los días difíciles».
Familia de Maricruz Jiménez Trejo
Andrea Teniente aseveró «Este salón, ahora con su nombre, no es solo un homenaje. Es una promesa: la de llevar con orgullo su legado, de estudiar y ejercer el Derecho con la misma pasión, la misma ética, la misma alegría que ella nos mostró. Cada vez que defendamos una causa justa, que escuchemos al otro con empatía, que enseñemos desde el corazón… ella estará ahí. En nuestro pensamiento, en nuestras palabras, en nuestro actuar.
A sus familiares, a quienes más la amaron: Gracias por compartirnos a esta mujer maravillosa. Gracias por permitirnos conocer su luz. Sabemos que ningún homenaje es suficiente para quien ha sido madre para tantos, guía, amiga, y ejemplo.
Doctora Maricruz Jiménez Trejo con algunos de sus alumnos
Sus hijos Marco y Raquel estuvieron presentes en este homenaje y fue hija quien dirigió unas palabras. «Mamá aunque tus brazos ya no me envuelvan tu luz sigue abrazando cada cada rincón de mi vida. Tu partida ha sido y será un umbral difícil de cruzar pero en medio de esto algo nuevo brota, la comprensión de que el amor verdadero no muere solo se transforma. Ahora eres presencia sutil, susurro en el viento, guía silenciosa, eres ese rayo de sol inesperado, eres ese impulso que cuando más lo necesitamos.
Fuiste madre, abogada, docente y amiga, no solo para mi hermano y para mi, sino para todos aquellos que tuvieron el privilegio de cruzarse durante tus 64 años. Tu compasión, entrega y sabiduría, tus palabras, errores y aciertos los sembraste en muchos corazones.
La Doctora Ruth Villanueva Castilleja, rectora del Centro Jurídico Universitario, visiblemente emocionada dijo que Maricruz Jiménez Trejo siempre estuvo presente, siempre hablaba de que la vida debe fluir y estar en paz, fue positiva, alegre, siempre sumando, ella propuso la maestría de Desarrollo Humano y durante un tiempo se hizo cargo de coordinarla.
Y agregó fue una mujer ejemplar y por ello, con otros maestros destacados, van a hacerle un pequeño libro en el que quede plasmado todo lo que hizo y dejó huella en el plantel y en su carrera como docente.
Señaló «Queremos que las nuevas generaciones que lleguen conozcan quién fue Maricruz Jiménez Trejo, porque una aula llevará su nombre, pero es importante que los estudiantes de nuevo ingreso, cuando pregunten por ella, se les remita a ese libro para que sepan de su trayectoria.
Al homenaje también asistieron varias de sus amigas entre ellas Isabel Ruiz de Velasco, quien además fue su vecina, por ello, al preguntarle de su amiga Maricruz de Veracruz, como ella le decía, no pudo nada más que expresar que era una mujer maravillosa, desprendida de lo material, compartida, alegre, una mujer de Dios, alguien que era empática con el dolor de otra persona y siempre buscaba ayudar. Fue una mujer y amiga excepcional.
Por donde caminó Maricruz sembró cariño en sus hijos, su hermana Rocío, con quien siempre compartió sus alegría y sus penas, se amaban y siempre se hablaban para saber cómo habían pasado el día.
Su fiel Rosa, quien trabajó cerca de 40 años en su casa, era la encargada de mantener orden y cocinar muy rico, por lo que decía Maricruz que ella era de su familia, y la trataba como tal, la quería mucho.
Fue muy buena vecina, a todos saludaba con afecto al barrendero de la calle, al valet parking del Starbucks, a quien le compraba su desayuno para que le cuidará, a sus amadas perritas que siempre la acompañaban, todos ellos la recuerdan con mucho cariño, por su sonrisa franca, su mirada limpia y tranquila, para ella la vida era un disfrute, un gozar, reír, disfrutar cada momento y compartir lo bueno de ella con la gente que tuvo la suerte de conocerla.
Para su amiga Patricia, aunque se conocieron no hace mucho tiempo, señala que fue un placer platicar con ella, disfrutar de sus pláticas de las clases que impartía de teología, era una mujer muy culta, preparada, pero también era muy ocurrente, chistosa por lo que no podía parar de reír con sus bromas, era super divertida, le gustaba cantar, era un disfrute estar en su compañía.
Por todos esos hermosos momentos, muchas gracias Maricruz, fuiste una grande entre las grandes, siempre dabas un consejo a las mujeres que tenían un buen esposo «cuiden a su esposo, no saben cómo se extraña cuando ya no está su compañero de vida».