Con la vigencia, desde ayer, del Reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco, que obliga a ocultar los cigarrillos, a pesar de que sea legal venderlos, es una muy mala iniciativa que va contra «nuestros derechos de exhibir los productos para que el consumidor elija el de su preferencia», expresaron comerciantes en pequeño de la Ciudad de México y Estado de México, que estimaron en más de 800 mil los negocios afectados de los que viven más de 10 millones de personas.
«Aunque nos digan que esta medida se aplica para disminuir la venta de cigarro y con ello combatir las enfermedades y muertes atribuidas a su consumo, en la realidad los funcionarios del sector Salud imponen el reglamento por la ausencia de programas educativos de prevención y atención de los hábitos de consumo, así como por la falta de inversión en clínicas y hospitales.
Lo decimos de una manera muy simple: dicen querer arreglar problemas de salud pública, pero en realidad afectan a sectores del comercio en pequeño», expresó el presidente de Con Comercio Pequeño, Gerardo Cleto López Becerra, con representación en la Ciudad de México y Estado de México, quien anunció que recurrirán al amparo.
A partir del lunes 16 de enero entraron en vigor las nuevas disposiciones del Reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco que reduce los servicios en las áreas de no fumar en hoteles, restaurantes y centros de espectáculos, e impone la prohibición total en oficinas públicas y privadas, así como en el transporte y se evitará publicidad en medios tradicionales y redes sociales.
Así prohíbe la exhibición de los productos, esto es, que las cajetillas ya no podrán estar a la vista del público consumidor para que pueda elegir el cigarro de su gusto o presupuesto. A cambio, sólo podrán exhibirse listas de precios sin logos ni tipografía que distinga una de otra y las cajetillas de cigarros tendrán que estar ocultas o escondidas hasta el momento que sean entregadas al consumidor, indicaron los dueños de negocios.
Resaltó López Becerra que hoy en día el tabaco es un producto legal, cuya comercialización está regida por una normatividad que se logró después de un proceso de análisis, discusión y concertación acucioso y es uno de los principales productos que los giros del sector abarrotero –mayoritario en porcentaje de existencia en el comercio en pequeño-, tiene para comercializar y tener ingresos de ello.
Advirtió que todo comerciante formal tiene derecho a exhibir y vender sus productos y servicios, cuando estos son legales y cumplen con las autorizaciones y normas que especifican las autoridades. Prohibir la exhibición de un producto legal, únicamente lo pondrá al mismo nivel de productos ilegales y provocará que marcas que no cuentan con las autorizaciones correspondientes sean comercializadas poniendo en riesgo a los consumidores.
«Nuestros derechos son principios basados en las prácticas de la libertad y el comercio socialmente responsable, que ejerce lo que está permitido y omite lo que está prohibido», expresó.
Dio a conocer que el comerciante establecido es objeto de operativos y sanciones que podríamos considerar injustos y abusivos. Muchas veces, estos operativos son utilizados con fines mediáticos valiéndose de sectores poco informados en los temas, ya que lo mismo hay multas de mil a 4 mil pesos, hasta el arresto por 36 horas.
Ante el desdén de las autoridades frente a nuestros argumentos y propuestas, ya que la COFEPRIS desechó todas las aportaciones realizadas en las dos consultas públicas y ni la Secretaría de Economía ni la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República nos recibió, convocaremos a los comerciantes en pequeño de las tiendas de abarrotes, misceláneas, minisúper independientes, tabaquerías, estanquillos o vinaterías, así como todos aquellos negocios que tienen entre la venta de sus productos, los cigarros, se amparen ante esta medida arbitraria y prohibicionista.
