Para el empresario Francisco Núñez Escudero, es urgente que, en Tlalnepantla, uno de los municipios más importantes del Estado
de México, se lleve a cabo un cambio y una transformación que brinde mejor calidad de vida a sus habitantes.
Es momento de romper inercias, crecer, retomar la transformación urbana, de hacer del gobierno un facilitador de empresas tecnológicas, comunicaciones y de servicios con una red regional de clústeres logísticos con la Ciudad de México (CDMX) y convertirnos en plataforma de exportación en el Valle de México.
No podemos crecer más nuestra productividad porque dejamos de invertir en lo que realmente importa: nuestro talento humano, nuestro ambiente regulatorio y nuestro cambio urbano, advierte que el desorden territorial se refleja en la deficiente movilidad, en la cobertura desigual de servicios y en el hacinamiento de una nueva pobreza, “aquella que carece de capacidades digitales y tecnológicas para gestionar la incertidumbre post COVID 19”.
En su opinión, el municipio se está quedando fuera del comercio mundial: “Nos estamos quedando sin un futuro compartido y sin mayores
expectativas de desarrollo para la gente”.
Gobiernos van, alternancias llegan y los problemas son los mismos: Calles inseguras, parques y jardines sin niños jugando; una zona
industrial sin industria y una inercia “que no se ha podido romper, pese a los discursos y las buenas intenciones de algunos”.
