ia rumbo a Tierra del Fuego por el medio ambiente y deporte

Naucalpenses recorren 20 mil kilómetros en bici hasta la Tierra del Fuego

Naucalpan Portada

En un mar de emociones encontradas que se expresaron con lágrimas, sonrisas, besos, porras y sollozos, los integrantes de Ruta en 3, Abigail de 12 años, su mamá Angélica y la pareja de ella, «Goros», vecinos de la colonia México 68, partieron del Parque Revolución de Naucalpan, para recorrer en bicicleta más de 20 mil kilómetros hasta La Tierra del Fuego, “el fin del mundo”, con el fin cuidar el planeta y fomentar el deporte.

La travesía tiene el objetivo de llevar un mensaje para crear conciencia sobre el cuidado del medio ambiente y motivar a la gente a luchar por sus sueños, “aunque se tenga que pagar el precio, hacer sacrificios”, desafío que es apoyado por el Instituto Municipal de Cultura Física y Deporte de Naucalpan (IMCUFIDEN) con proteínas y vitaminas para los tres ciclistas.

Familia naucalpense recibe suplementos alimenticios para su travesía hasta el fin del mundo
Familia naucalpense recibe suplementos alimenticios para su travesía hasta el fin del mundo

Al hacer entrega de este apoyo en representación del titular del IMCUFIDEN, Arturo Feregrino, el subdirector de la institución, Daniel Ruiz, expresó: “necesitamos niños y familias que hagan deporte y se propongan retos porque se convierten en un ejemplo para los demás, por ello es importante que el gobierno de la alcaldesa Angélica Moya también contribuya a este esfuerzo”.

Angélica de la Vega Somuano, psicopedagoga y madre de Abigail, fue quien tuvo la idea de hacer este viaje y convenció a su pareja, Gustavo Antonio López Gorostieta ,»Goros», a su hija y al resto de la familia, incluso al papá de la pequeña, de que valía la pena vender todo, renunciar a sus trabajos y a dos años de escuela para emprender el camino de su sueño.

No fue fácil la despedida con primos, tíos, abuelos y amigos que los acompañaron este domingo en el arranque de su periplo porque serán por lo menos 18 meses sin verlos. Hubo porras, buenos augurios, abrazos efusivos y otros largos, acompañados de palmaditas en la espalda, palabras al oído con algunos sollozos y lágrimas.

También hubo temor, porque la hazaña implica riesgo, “es una mezcla de emociones, melancolía, incertidumbre, nervio, sensaciones que no podemos describir, es un reto importante para nuestras vidas, espiritual y físicamente, que nos dejará muchos aprendizajes”, dijo «Goros», quien documentará la travesía.

En total transportarán unos 90 kilogramos en sus tres bicicletas, Aby sólo 20. Cada uno con equipo de camping, colchón, casa de campaña, sleeping bags de cero grados (para bajas temperaturas), almohada, ropa, además de estufa, comida, utensilios, baterías, botiquín, neceser con artículos de higiene, herramientas para bici y bisutería que elaboraron para vender durante el trayecto. ¡Buen viaje!