Por Patricia Andrade y José G. Viurquis G.
Bailarines recibieron con danzas de Tamaulipas, Chiapas, Veracruz, Oaxaca, Jalisco, Sinaloa y Estado de México, entre otras, al Niño Dios en la Basílica de Los Remedios, Naucalpan, en una pastorela que cautivó al público, ya que mientras el mal pretendió echar a perder la buena exhibición, los artistas del ballet Folclórico Amo a México de Lolita Menchaca se esmeraron para que todo fuera más lucidor.
Y todo empezó con dos ángeles y un arcángel que anunciaron la llegada de gente de todo el país para alegrar la venida del Redentor, y claro que los primeros fueron los más cercanos, los del Estado de México con Charros y Virginias, quienes lograron, con el resplandor de sus trajes bordados en oro, llenar el escenario para disminuir la presencia y malas vibras de los malos que usaban sus atuendos rojos y negros, con grandes cuernos y sus altisonantes palabras.
Luego la Sandunga, también limpió el escenario con el desplazamiento más atenuado de los grandes bailarines en escena, quienes arrancaron el aplauso de los asistentes al graderío desde donde el arcángel San Gabriel, el que guarda a todos los habitantes de Naucalpan, ganaba otra batalla al mal.
Todavía no se iban los de Chiapas, cuando ingresaron los de Oaxaca, para no dejar a quienes pretendían implantar el desorden, y además provocar una mala imagen en la sociedad, ya que intentaban usar las redes sociales para desangelar el evento y desviar del camino del bien a bailarines y a todos los naucalpenses.
Y así fue la lucha por el escenario, pero prevaleció el bien, gracias a que se interpretaron los clásicos La Bamba, El Son de la Negra y el Jarabe Tapatío para tundirle al mal, que además se llevó sus buenos palos cuando reventaron las dos gigantescas piñatas que significaban, con sus siete cuernos, los pecados capitales y que con oraciones y la acción de golpearlos se convirtieron en deliciosas golosinas que hicieron que prevaleciera el bien y llenara de calor los cuerpos.
Entre los personalidades que observaron la pastorela estuvieron el rector de la Basílica de Los Remedios José Martín Méndez Padrón, Lolita Menchaca, Marina Salgado y su esposo el diputado, David Parra Sánchez.
