Dos estrategias, hasta previsibles, se observaron en el primer debate de candidatos a la Presidencia de la República, en que prevalecieron los ataques por parte de la representante de Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, contra la candidata de Continuemos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, quien no respondió claramente a señalamientos por los casos del Colegio Rébsamen y la caída de la estación de la Línea 12 del Metro.
La de los partidos MORENA, PT y PVEM encasillada en su saco guinda, Claudia, se abocó más a su estrategia de exponer propuestas como su agencia contra la corrupción, ampliar las becas para jóvenes, presumir reconocimientos internacionales a su gobierno en la Ciudad de México y ofrecer datos sobre la reducción de feminicidios, mientras que la representante de PAN, PRI y PVEM, la cuestionó tal logro, ya que, dijo, en el gobierno de Claudia clasificaban como homicidios los feminicidios, algo similar apuntó el candidato de Movimiento Ciudadano, Samuel Álvarez Máynez, en en contra de la candidata morenista.
Vestida de blanco, y quien desde el principio quiso desligarse de los partidos políticos, pues dijo que no militaba en ninguno, mencionó el retorno de las guarderías, las escuelas de tiempo completo, la ampliación de las pensiones hasta de las personas de los 60 años Xóchitl, también fue cuestionada por Claudia, quien la acusó de haber incumplido con la donación de una casa a un colegio, los cual si replicó la representante de la oposición y afirmó que había cumplido.
Álvarez Maynes, en algunos momentos se tuvo que atacar solo, para figurar, y mencionó que olvidó decir su nombre en el lenguaje de señas, a lo que luego satisfizo, con una sonrisa que lo acompañó todo el debate.
Y mientras Claudia se dirigía a Xóchitl como la candidata del PRIAN, la representante de los partidos de oposición señaló que a la aspirante del partido oficial el Presidente le dijo corcholata, pero que en realidad la quiere como tapadera de «los sobres amarillos, de la casa gris, de la corrupción de Segalmex, de la corrupción de Rocío Nalhe, de la corrupción de los hijos del Presidente, de las casas de Bartlett».
En la mesa de análisis efectuada en Televisa, Leo Zukerman, señaló que el formato del debate, organizado por el INE, fue acartonado y evitó que realmente fuera un intercambio de ideas, pues hubo momentos en que las candidatas omitieron las preguntas de los moderadores Denisse Maerker y Manuel López San Martín, que solo tuvieron la tarea de leer las interrogantes que llegaron del público, clasificadas en Norte, Centro y Sur del país. Ahí también estuvieron Raymundo Rivapalacio, Genaro Lozano y René Delgado, que también criticaron el formato del encuentro de candidatos.
También, los analistas, señalaron la falta del control del tiempo, como también lo señalaron los aspirantes a la Presidencia durante debate, que incluso dieron a entender que favoreció a Xóchitl, pero Denise Maerker aclaró que solo habían sido 15 segundos.
