Más de mil personas esperaban ansiosas la apertura de la Casa del Terror, y no fueron defraudados, pues con el rechinar de las puertas empezó la llama hasta que se prendieron del pavor, a pesar del aire muy frío que entumeció los pies. Luego los gritos, llantos y estruendos volvieron aquello un infierno imposible de sofocar, pues eran los bomberos de Atizapán de Zaragoza, esos expertos apaga lumbres, quienes ahora la atizaban, para hacer de aquella noche gélida imágenes imborrables que horas después hacían imposible conciliar el sueño.
Así, entrar a la Estación Central de Bomberos de Atizapán de Zaragoza, durante el Día de Muertos, se convirtió en una verdadera experiencia extranormal.
Todo inició con la calavera de un pirata, con el escudo de los apagafuegos, que dio la bienvenida a los buscadores de sensaciones que estremecen cuerpo, alma y cortan la respiración. Entre penumbras, penetraron lentamente a la ya tradicional Casa del Terror en el Cuartel de Lomas de Atizapán.
El grito doloroso y desgarrador de una mujer dio fue el inicio al pasaje al más allá. Y como empieza uno a morirse, inició el dolor con la sangre que al parecer salía del cuerpo para estrellarse en las paredes. Y ahí algunos que se oponían a ser poseídos por el maligno, o buscaban ser exorcizadas, se anteponían a las instalaciones donde aparecía y se difuminaba Satanás.
Hicieron sentir que estar en esos sitios de miedo era lo mismo que vivir las peripecias que padecen los huéspedes de los hospitales psiquiátricos, cuando ellos sienten que están en el Cuarto de las Ánimas, o pasean por un laberinto hasta llegar a lo que no tiene salida y como lo es el Callejón de los Silencios.
La Casa del Terror puede ser visitada de 19:00 a 24:00 horas, pero desde afuera se siente el ambiente, no solo al interior, ya que, personajes como Art the Clown, el payaso asesino de la película Terrifier; Jason, Michael Myers, Maléfica, arlequines y hasta Pikachu, protagonizan una verdadera pasarela de disfraces.
Miguel Ángel Román, subdirector de Bomberos, informó que en la casa del terror participan 42 elementos, aproximadamente 30 voluntarios. El montaje empezó en septiembre y se acercaron asociaciones de colonos, de locatarios y empresarios para facilitar la elaboración.
Este año, unas mil personas ya esperaban su turno para entrar a este sitio que también contó con un Circo de Payasos, un Cuarto de Radioactividad, un Crematorio de Cadáveres y un Cementerio.
Y lo que inició hace 25 años con una caja de dulces para que los bomberos repartieran a las y los niños que pedían calaverita ha ido creciendo año con año. “Esto se está armando desde 1998. No fue, como tal, una Casa del Terror, sino un cuartito que teníamos como bodega, lo sacamos, pusimos una caja y velas. Mis compañeros y yo cooperamos para comprar dulces. Me metí a la caja y, cuando los niños iban a agarrar su dulce, abrían la caja y salían corriendo. Fue como una diversión.
“A partir de eso, al siguiente año se hizo un cuartito más grande, luego otro y otro, hasta que llegamos a lo que es ahora”, explicó Luis Ramón Melgoza, bombero. Este año, todos los materiales que el personal de Protección Civil, Bomberos y Medio Ambiente utilizó para los stands, como cartón, tela y tarimas, fueron reciclados, además de que figuras como cráneos y esqueletos fueron hechos a mano con plastilina epóxica.
Como parte de la tradición mexicana, el Ayuntamiento de Atizapán de Zaragoza, a través de las direcciones de Desarrollo Social y de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, realizó otras actividades en el territorio municipal, entre ellos, concursos de disfraces en las colonias Lomas de Tepalcapa y en el kiosco de Lomas de Atizapán.
