Fiesta familiar entre autos antiguos en Satélite

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Hermosas unidades clásicas fueron exhibidas en el Centro Cívico de Ciudad Satélite

Fue una fiesta con abuelos, hijos, nietos, hermanos, tíos, primos y muchos amigos para recordar los días de la llegada del auto a la familia, y ahora la afición de reconstruirlos sin escatimar gastos, para que rujan los motores, o relumbren con el sol.

El presidente del Club de Automóviles Antiguos y de Colección Satélite, Jorge Miguel Santillán agradeció a Yazmín Priego de la Asociación de Colonos de Satélite por promocionar el evento, y a quienes trajeron sus unidades.

Y así vimos dos filas de relucientes autos antes de entrar al Centro Cívico de Ciudad Satélite, donde Beto nos dice que su padre era el propietario del Ford Modelo A 1931, quien él ha visto toda la vida y lo lleva a los eventos para su exhibición, pues es 100 por ciento original, e impacta por la brillantez de su color vino y el extremo cuidado con que lo mantiene.

A un lado está el Nash Metropolitan, 1961, que en Estados Unidos Unidos fue 1958, el predecesor del Rambler, que llegó a la familia hace 20 años, de un coleccionista en proceso de divorcio, y que les dijo que antes de verlo con su esposa, prefirió venderlo a los amigos que lo conservarían bien.

“Fue una ganga, 30 mil pesos, pues hay en el país seis autos, en buen estado solo éste y otro en Jalisco, todo original”, y solo lo llevan a las exhibiciones, de vez en cuando.

Y nos encontramos a la señora Aurora Tamez y nos presenta a Bernardo y Ricardo Flores, quien nos platica del rescate del Chevrolet 1954 Velet, dos puertas, que compraron hace dos años, y que estaba en condiciones de chatarra, arrumbado, con 20 años sin prenderse.

Le echaron mano, primero con la mecánica, luego hojalatería y pintura, buscaron todas las piezas originales, emblemas nuevos, partes del motor, hasta que arrancó a la primera, “costó mucho esfuerzo, dos años trabajando en él, pero vale la pena cuando se ve terminado, no llevé la cuenta del gasto, pero si del tiempo y esfuerzo”.

Ricardo Flores señala que le gustó, fue muy divertido, de mucha paciencia, investigar, y gracias a su abuelo, quien lidereó el proyecto, se llegó al final, por su conocimiento de autos. Él recordó cuando los autos salieron de agencias. En particular las diferencias con los de ahora, porque eran fácil de operar y de reparar.

“Cuando adolescente abría el cofre y se podía meter para reparar el motor porque eran más sencillos a la vista, sin tanta tecnología como hoy.

Y frente al Centro Cívico de Ciudad Satélite nos encontramos una pick up Chevrolet Apache 1957, completamente restaurada, a la que le metieron frenos de disco, con un motor 350, caja automática 1700, interiores y asientos en piel, volante de posiciones, y se llevaron cuatro años en rescatarla.

Está al 100 nos dice su propietario Joel González Camacho, quien le acondicionó una máquina V8, con motores de enfriamiento, carburador Header y hace 10 años la adquirieron en 17 mil pesos cuando era una carchachita.

La encontraron en Mazatlán andando, traía motor V6, y llevaba pacas de paja en la carretera andando. La restauraron con piezas de aquí y otras de Estados Unidos, rines, defensas, tanque de gasolina y aditamentos, para sumar cerca de 400 mil pesos cuando dólar estaba a 11.50.

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