Hace 180 años José María Velasco ve al mundo para plasmarlo

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El pintor paisajista mexiquense José María Velasco y Gómez-Obregón nació un 6 de julio de 1840, en el municipio de Temascalcingo, y a temprana edad impresiona a los maestros de la Academia de San Carlos por atraer la naturaleza hacia sus óleos y expresarnos sus ideas, colores y alma en su retrato.

Además el pintor basó su pródiga carrera internacional en sus estudios académicos sobre temáticas tan diversas como zoología, botánica y arqueología, que lo encumbraron en la elite de los maestros mexicanos del arte.

La Secretaría de Cultura y Deporte del Estado de México lo recuerda en el 180 aniversario de su nacimiento, y refrenda su compromiso de difundir su obra y su vida como parte del patrimonio cultural de la entidad para el país y el mundo.

La dependencia mexiquense tiene a su cargo dos recintos que dan cuenta de su obra, el Centro Regional de Cultura de Temascalcingo, ubicado en lo que fuera la casa natal del insigne paisajista de fama mundial, y el Museo del Paisaje “José María Velasco”, que se encuentra en  Toluca, en lo que se conoce como el Corredor de la Plástica Mexiquense.

“José María Velasco es, por excelencia, el paisajista decimonónico de la geografía mexicana, que plasmó con gran maestría la exuberancia de la naturaleza. Su trabajo refleja el interés científico e ilustrado del siglo XIX, al presentar una naturaleza sincera en su idealismo y en su belleza”, compartió Irma Aguilar Arriaga, directora del Museo del Paisaje “José María Velasco”.

Las características de sus obras dejan ver a un dibujante excepcional, con una técnica depurada, un trazo muy preciso y un refinado colorido. Todas sus virtudes artísticas florecen en las monumentales visiones del Valle de México, las que plasmó de modo natural y a la vez poético para hacer surgir la grandeza del Altiplano.

Una de las obras más emblemáticas la llamó Autorretrato, cual podemos contemplar en el Museo que lleva su nombre, situado en el corazón de la capital mexiquense.

Esta obra, que deja ver su natural destreza para el pincel y revelarnos su mundo interno en los colores, la realizó en diciembre de 1864. En él se ve el avance en el manejo del óleo, que también supo aplicar en los autorretratos de esa época.

El autorretrato, pintado durante su etapa de estudiante en la Real Academia de San Carlos, a la edad de 24 años, es muestra de la magia para deslizar el pincel en las telas, y la forma para dejar sentimientos y la expresión de lo que guardaba en su alma.

“El autorretrato, como género artístico, distingue el carácter estético y la sensibilidad de la persona, Velasco reflejó en él su personalidad, su psique. Esta obra la pueden encontrar en el museo José María Velasco”, declaró Aguilar Arriaga.

Isabel Ruiz de Velasco, también pintora y sobrina del paisajista mexiquense, considera como invaluable su herencia cultural, que revela costumbres y el amor por la naturaleza, que tanto le hace falta a la humanidad.