Al desmantelar el Seguro Popular y el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), al menos 50 millones de personas no tienen acceso a la salud señaló la Integrante de la Asociación Mexicana de Cirugía General, Diagnóstico del Sistema de Salud, Gabriela Nahim Barrón Reyes, ante dirigentes y miembros de Coparmex Metropolitano.
En el Diagnóstico de la Salud en el Estado de México, que encabezó Erick Fernando Cuenca Gurrola, presidente de Coparmex Metropolitano y ante representantes de gobiernos municipales y el diputado Éctor Jaime Ramírez Barba, la especialista explicó que del año 2018 al 2022 la carencia de servicios de salud lo resentía 16.2 por ciento de la población y representaba 20 millones de personas.
Añadió que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social o CONEVAL nos dice que la carencia de acceso a la salud sucede cuando una persona no cuenta con atención de servicios médicos de ninguna institución pública o privada.
«Hoy son 50 millones. Explicó que a partir del 2019, cuando entra la vigencia el INSABI, «se va para arriba en todo. Si, seguí siendo pobre, pero el problema es que me quedé, literalmente, con lo que traigo puesto. Esto significa que la que gente pobre, hoy es todavía más pobre».
Resaltó que de 2018 al 2021, la gente está volteando a la medicina privada. Busca alternativas de tratamiento en hospitales particulares, lo cual puede ser bueno, pero también un arma de dos filos. «Tenemos un problema serio en materia de salud. «No existe estructura, un presupuesto, ni una descentralización apropiada para el manejo de los recursos y el uso de los mismos para los mexicanos. Habrá que analizar con las personas pertinentes para que esto pueda mejorar».
En un evento en que también estuvieron representantes de la Cruz Roja, comentó que en el año 2023 desapareció el INSABI, y todo el aparato se transfirió al IMSS Bienestar. Recordó que en 1987 se extendió la cobertura efectiva, hubo vacunación y todavía antes de que llegara el INSABI teníamos una cobertura de vacunación de 90 por ciento de la población a nivel nacional.
«Nueve de cada 10 de nuestros niños tenía todas sus vacunas. Hoy tenemos 30 por ciento de vacunación. Se desmanteló el sistema de vacunación. Teníamos un sistema para crear vacunas. México era un país que producía vacunas, exportaba vacunas», destacó.
Sobre la atención de partos, dijo que el sistema de salud que se tenía, de pronto se convirtió en caso catastrófico asociado a la salud, lo que significa que al atender los padecimientos, o los alumbramientos «vas a quedar en banca rota, o que tus números van a ser muy negros después de una afección en una persona de tu círculo familiar en temas de salud. O vendes la casa, o empeñas el coche, o te tienes que deshacer de todo para poder lidiar con esto. Es algo terrible el caso catastrófico.
México se convierte, a partir de 2020 y 2021 en el cuarto país con mayor mortalidad por COVID-19 en el mundo, lo que es terrible. Estamos debajo de Estados Unidos o Brasil, con indicadores críticos del sistema de salud por el exceso de mortalidad» que es considerada cuando supera los 750 mil muertes después de la pandemia. Obvio nadie sabía que vendría una pandemia, pero al desmantelarse un sistema que ya llevaba 15 años y empezar de cero, sin la estructura apropiada, favoreció que esto sucediera, sin lugar a dudas».
La especialista fue más allá al expresar que el exceso de mortalidad también va relacionada a la esperanza de vida. «Después de la Revolución nosotros teníamos una esperanza de vida al nacer, de 2008 al 2021, sostenida, de 75 años, pero después de cuatro años nuestra esperanza de vida es de 71 años.
