Este dos de febrero es día de la Candelaria, fecha que coincide con la presentación del niño Dios a la iglesia. Y en su honor se ofrecerá u banquete que tiene como platillo especial los tamales.
Pero, en la zona metropolitana este alimento viene en una presentación especial: la famosa Guajolota, un tamal dentro de un pan y que forma parte de la cultura diaria que encuentra en su practicidad y sabor un alimento que brinda energía para el trabajo.
Aunque es sabido que esta masa sobre masa es una bomba energética, también es cierto que sus ingredientes cuentan con diversos nutrientes que son muy benéficos para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo.
La guajolota y sus nutrientes
El tamal es una excelente fuente de carbohidratos, los cuales nos brindan un gran aporte de energía para empezar el día.
La masa de maíz del tamal aporta vitamina B1 o tiamina que permiten el correcto funcionamiento del sistema nervioso y muscular. Además es esencial en el metabolismo del cerebro, del corazón y en la formación de glóbulos rojos.
Por si fuera poco, contiene ácido fólico que ayuda a asimilar el hierro, la vitamina B12 y los aminoácidos. Una deficiencia de ácido fólico puede provocar anemia. Es un excelente complemento para las mujeres en gestación.
La carne, ya sea pollo o puerco, es una gran fuente de proteínas y aporta minerales esenciales para el organismo como es el caso del potasio y el calcio.
Por su parte, el pan de la Guajolota, que está elaborado con harina de trigo, se caracteriza por contener importante cantidad de hidratos de carbono, los cuales sirven también como combustible para el organismo.
El trigo es una excelente fuente de vitaminas y nutrimentos y su consumo aporta: proteínas, hierro, zinc, magnesio, potasio, niacina, vitamina B2, ácio fólico y vitamina B6.
La fibra del pan ayuda a regular la digestión evitando el estreñimiento, y a controlar los niveles de azúcar y colesterol de la sangre, lo que puede prevenir y tratar enfermedades del corazón.
Por todo esto, la Guajolota se ha convertido en un referente de la cultura gastronómica de México, la cual se debe consumir con moderación. Y sí, los chilangos le ponen de todo a un bolillo.
Referencias: