Trabajo infantil, cerca de la esclavitud, más de 2 millones de mexicanos son explotados

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Por Guadalupe Camacho

Más de dos millones de niños mexicanos menores de 17 años trabajan en labores domésticas, riesgosas, no remuneradas, humillantes e incluso esclavizantes

A decir de la Organización Mundial del Trabajo, el llamado «trabajo infantil» es una violación de los derechos humanos fundamentales, pues con él se vulnera el desarrollo  de los niños, ya que se les produce daños físicos y psicológicos que impactan para toda la vida .

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En México se tiene el registro, de acuerdo con el INEGI, de más de dos millones de niños y niñas que realizan dichas actividades en condiciones deplorables.

¿Cuáles trabajos realizan los menores de edad?  La UNICEF precisa que millones de niñas trabajan como sirvientas domésticas o asistentes del hogar sin salario y son especialmente vulnerables a la explotación y el maltrato.

Además, otros millones niños y niñas trabajan bajo circunstancias terribles en fábricas, en el campo, en las ladrilleras, en las minas, en mercados, en construcciones y decenas de lugares más. No obstante, el trabajo infantil también hace referencia a formas de esclavitud relacionadas con la prostitución, la trata de personas y la pornografía.

Al respecto, las cifras son contundentes, de acuerdo a la UNICEF en el mundo son víctimas de la trata 1,2 millones de menores de edad,  también otros 5.7 millones son parte de la servidumbre, así como son utilizados en la  prostitución y/o la pornografía otros 1,8 millones. Incluso, son reclutados como niños soldados en cualquier tipo de conflicto armado.

Nayarit, a la cabeza

En México, a pesar de los convenios nacionales e internacionales, aún existen más de dos millones de niños, de entre cinco a 17 años de edad, que son víctimas del trabajo infantil y los primeros lugares, de acuerdo al INEGI, los tiene Nayarit, Zacatecas, Campeche, Tabasco y Colima. En contraste, en los últimos lugares están Querétaro, la Ciudad de México, Baja California  y Aguascalientes.

En todo el país, en menor o mayor grado, los niños mexicanos hacen trabajos que además no son remunerados, puesto que por ley está prohibido contratar a los menores de edad.  Y por ello 42.5% de los niños trabajadores no reciben un salario, 28.8 recibe apenas un salario mínimo como paga.

¿Tu hijo «necesita» trabajar?

Por diversos motivos, principalmente económicos y culturales, algunas familias fomentan que sus hijos comiencen a trabajar desde antes de cumplir los 18 años. Por ello, el gobierno federal reguló que la edad mínima para ejercer el trabajo infantil sea de 15 años de edad.

En este sentido, la UNICEF expone que los niños y niñas pueden trabajar siempre y cuando sus derechos no sean vulnerados, por el contrario puede ser positiva, siempre y cuando no afecte su salud física y mental, así como su desarrollo ni tampoco interfiera con su educación, descanso, diversión y protección.

Por ello,  en caso de que un niño mexicano necesite trabajar, requiere el permiso de ambos padres o tutores legales; su solicitud del empleo deberá estar acompañada de documentos legales escolares, puesto que es requisito que los solicitantes estén cursando sus estudios. Aún así 39.7% de los niños que trabajan en México no asisten a la escuela.

Denuncia, los niños deben ser protegidos

Si eres testigo de un evento de trabajo infantil y si el menor de edad está en riesgo de lesión o muerte, llama de inmediato a las autoridades correspondientes.

911 número de emergencia nacional

018007152000 Comisión de los Derechos Humanos

Testimonios

«Ayudo a mi familia en la cocina económica que tenemos, soy mesera y también hago el agua o llevo los refrscos. Comencé desde los seis años y acabo de cumplir los 12, voy en sexto de primaria, pero ya no quiero estudiar porque me gusta más estar con mi mamá en la cocina».

Carmen, 12 años

«Soy músico como mi papá y mi abuelo, y vamos tocando la marimba por las calles. Cuando termina la canción yo toco los timbres de las casas y pido dinero, también vamos a algunas fiestas».

Pepe, 8 años

«Trabajo con mi papá y mi hermano mayor en un crucero, y lo que más me gusta es bailar. Lo que no, es que ya nadie nos da dinero. A veces voy a la escuela, cuando nos alcanza para el camión».

Mario, 11 años

«La imprenta es de mi prima y ella me dio trabajo desde los 9 años. Soy obrera y ahora soy la jefa de obreros, porque sé el negocio. No tuve la oportunidad de terminar mi primaria, solo sé leer y escribir».

Tere, 18 años recién cumplidos.

 

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