Vidas hechas historias en Lo Maté, de Nohemí Pineda, en la FES Acatlán

Educación Portada

Por José G. Viurquis G. | Nuestra Zona

Lo Maté es el encuentro de Nohemí Pineda con su pasado, y aunque leyó la historia más impactante de ese libro, una señora sometida al sacrificio de su marido y que hace suponer que lo manda al infierno, se le cristalizaron los ojos al volver a saborear las paletas del Verdadero Patriota, ante sus compañeros de esos días ceceacheros y de la entonces ENEP.
La politóloga Teresa Garduño hizo la presentación del libro Lo Maté, resaltando la trayectoria periodística de Nohemí que ahora florece en un ramillete, aunque de fuerte presentación.
Gabriela Castellanos considera que son vivencias por las que todos pudimos haber pasado, pero que nos trastocaron y conmovieron para exhalar esas historias de vida.

La politóloga Teresa Garduño y la maestra Gabriela Castellanos presentan el libro Lo Maté de Nohemí Pineda
La politóloga Teresa Garduño y la maestra Gabriela Castellanos presentan el libro Lo Maté de Nohemí Pineda

Tras la presentación, la maestra Castellanos invitó a participar a los asistentes, muchos compañeros de su generación en la propia FES Acatlán, o desde el CCH, que no dejaron de patentarlo.
La maestra Leticia comentó del proceso de autocuidado para hacer surgir esta obra, y hasta el por qué leerla.
-Lo escribí con el corazón, le recreé, por eso estoy orgullosa aquí. Expresó Nohemí Pineda, mientras se acomodaba sus lentecitos.


Agregó que es una experiencia de vida, de los mitos que la rodean, de las experiencias de cada personaje.
También se hicieron presentes los de la generación 1983-87 de la FES Acatlán que recordaron las participaciones de Nohemí en lo que fue el primer periódico de esta facultad de la UNAM, y quienes mostraron su orgullo por la compañera.
Ante la pregunta de estudiantes, externó que Lo Maté fue un cambio de perspectiva en su vida, “superé el miedo y ahora me siento más fuerte”.
Recordó la revista a la que le inyectaba vida con esas historias de vida.
Pero se mostró más sensible ante el Verdadero Patriota, ese paletero que le hacía el domingo, la convivencia con los demás niños, esa infancia de inmensa felicidad.
A sus familiares les agradeció que la impulsaran a ir más allá de la nota diaria, porque ya las había prendado con las historias de esos personajes que para ellos podrían ser cercanos.

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